LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR Y LO QUE NO SE DICE

   Si tuviéramos que hablar sobre este tema tan trillado para muchos y de poco interés para otros, deberíamos establecer que la relación hombre-mujer no es un tema moderno sino antiguo.  Desde hace muchos siglos, desde que el varón y la mujer, han tenido que verse las caras frente a frente, son diversas las interpretaciones sobre el famoso término "apoderamiento" que se impone entre uno hacia el otro.

   En culturas antiguas, existen textos que señalan la aparición de un patriarcado o de un matriarcado; al igual que mujeres que han llegado a gobernar una nación, como el ejemplo del imperio Egipcio.  En sentido religioso, la Biblia, asume el rol de la mujer de diversas formas, incluso como heroínas en momentos que más ameritaba su intervención para la victoria del pueblo israelí, el pueblo elegido por Yavé, o Dios.

   ¿Qué es realmente lo que se pretende con el internacional llamado a proteger a la Mujer?

     Para los hombres, escribir acerca de este tema, no es más que una muestra de no comprender la situación de las mujeres, y por ende, es fácil caer en el juego demagogo de que se pretende disminuir la importancia sobre el mismo. En cambio, viniendo del punto de vista de una mujer, que incluso ni siquiera vive el tormento de la violencia intrafamiliar, es bienvenido porque es parte de la comunidad femenina que puede abordar sus vicisitudes sin temor a despreciar la lucha de las féminas.

      Es en este mismo contexto, que la lucha recrudece a su máxima expresión, cuando autores se rebanan la sesera buscando el punto medio entre los géneros. Decir que el hombre es de Martes y la Mujer de Venus, el monologo de la Vagina, etc., no es más que tocar la llaga con el dedo inmisericorde de la frontera del entendimiento entre seres humanos.


      Hasta el día de hoy, se vive bajo una presión de organizaciones en todo el mundo, que buscan reivindicar los derechos de la mujer, pero solapadamente se busca una super protección de la figura y no de los derechos.  Antes que hombre o mujer, se debe hablar de seres humanos, no de categorías porque todos somos iguales ante el Creador y ante la Naturaleza.    El objetivo principal, entonces, descansa en seguir "victimizando" la figura de la mujer como ha sido concebido por los mismos antiguos patriarcas, como el ser débil.   Si vemos los discursos de las organizaciones femeninas, este factor está intrinsico en sus letanías.

   ¿Es la mujer un ser débil?

        Las abuelas - mujeres sabias por experiencia en su larga vivir - señalaban a los varones por igual que a las jovencitas: "El hombre llega hasta donde la mujer desea".   Esta primera máxima que ha perdurado a través de los tiempos es una muestra que se es consciente del rol de las parejas, desde adolescentes.

         El poder del "no" de las mujeres es relevante para las actividades sexuales en primer lugar, como para cualquier acto o conducta dual.  Controlar su vestimenta por parte del novio o pareja; su forma de caminar, de reir, de actuar ante terceros etc., prevalece el "no" como base a favor de la mujer para definir su importancia como ser pensante.

        Desde esta perspectiva muchas parejas, casadas o en unión de hecho, saben muy bien el respeto por igual de ese "no" conlleva a una negociación y una forma de continuidad por el bien de la sociedad. No siempre tanto hombres como mujeres desean tener relaciones sexuales en el lecho nupcial, como así tampoco desean mantener conversaciones sobre temas delicados, pues hay una razón en todo ello, y prevalece el respeto a disentir del cónyuge o de la pareja y mantener la armonía para una mejor convivencia.


      Si vamos a los extremos, en una relación disfuncional, sea noviazgo o en pareja establecida, la fuerza del hombre no siempre es la medida para establecer una "fuerza" que disminuya la figura de la mujer en la relación.  Esto ha sido la bandera de las organizaciones femeninas, al señalar las supuestas diferencias entre hombre y mujer en la relación. "El hombre es más fuerte que la mujer", básicamente es el apunte sobre el aspecto físico  pero ¿es cierto en la realidad?

      El hombre no es consciente de su propia fuerza, ni siquiera pretende concebir que sea fortachon en comparación a su pareja.  Hay casos de violencia contra varones y asesinatos a hombres, ¿Por qué si estos eran fuertes?  La fuerza no está precisamente en lo físico sino en la propia convicción.


     Es aceptado que una mujer de una bofetada a un varón porque éste se haya comportado en forma impropia, y es caballeroso de su parte que simplemente se retire, pero eso es agresión. En cambio, si el golpe proviene del hombre, es reprochable porque éste tiene más fuerza y el daño es "descomunal". En ningún caso se puede establecer como aceptable el mal trato fisico como se ha venido proyectando en películas o en revistas, incluso en programas de televisión sobre el tema.

     ¿Machismo?

         Sea como quiera verse este otro término muy utilizado por grandes y pequeños, para señalar la preponderancia del miembro viril en las relaciones, no se puede bajo ninguna circunstancia usar frases que provoquen negativamente situaciones de violencia.

          En la fauna, el macho es lo que el hombre entre los seres humanos.  Hay circunstancias en el mismo mundo animal, que es la hembra la líder de la manada y no el macho. Pero es un error garrafal designar un estereotipo para resolver un problema agudo en todas las sociedades.


         Por un lado, ser "hombre" no tiene nada que ver con su posición frente a la mujer, o mejor dicho frente a la pareja.  El hombre, no va recorriendo las calles mostrando sus cualidades de "macho" para imponerse. Nada de ello es cierto y está alejado de la realidad.  Por otro lado, se evita desconocer la influencia de la propia mujer en las condiciones de su futura pareja.  Veamos estas dos corrientes.

         Desde que se nace, se le da mucha importancia a si el bebé es varón o mujer, aunque los padres y madres, digan lo contrario. Una vez que el feto es expulsado hay alegría y luego un sentimiento encontrado sobre el proceder de la crianza según su género.  Así vemos familias, que se esmeran por otorgar más responsabilidades al varón por ser el "hombre" que a la mujer, y viceversa en otros hogares.

         Tal vez, ya se ha ido desvaneciendo el trato preferencial de la madre hacia el hijo o la hija. En el primer caso, más permisible que en el segundo, donde se es más estricto por ser mujer.  Incluso, el jugar con soldados o con muñecas definía un supuesto rol a seguir.  De esta forma vemos que al niño se le impone ser un "hombre" en todo sentido de la palabra: no llorar, no mostrar sentimientos, realizar actividades deportivas de competencia físicas  ser el mejor en lo que haga, y sobre todo no olvidar que pronto podría ser un proveedor de un futuro hogar.

         A la mujer se le reviste como la cenicienta, quien debe realizar los oficios del hogar, dedicarse a la crianza de los hijos y ser la compañera del varón sin sus limitaciones, desde aceptar lo que aquel decida como por ejemplo que la mujer o la esposa no importune las parrandas de la pareja.

         Muchas de esas competencias han ido desapareciendo, pero persisten, créanlo o no, en muchos lugares de las latitudes del globo terráqueo.  Hoy en día, las jovencitas no desean conocer sobre actividades culinarias sino donde sentarse a comer; no quieren saber de limpieza, sino es para su propia apariencia física y belleza, y mucho menos pedir al hombre por dinero, sino trabajar por ello.  ¿Y el hombre?

         En realidad es poco lo que ha cambiado. Algunos ayudan más en el hogar con la limpieza, el orden y la crianza de los niños. La mayoría continúan siendo los proveedores, a pesar de las corrientes femeninas que propugnan por una mejor posición, los varones es poco lo que han conseguido en esas lides.

       Dependiendo de la cultura e idiosincrasia, en los países, como Nicaragua, el macho se prueba a cada momento. Una mala mirada, un mal comentario, un ofuscamiento, no importa la edad o el tamaño, el hombre tiene que demostrar su posición, por más equivocada que esta sea.  Y no importa si es contra un Goliath o un David, aquí lo que interesa es no dejarse amedrentar ni intimidar. Ese es el macho man. Sobre todo si hay problemas de aprendizaje, bajo auto estima, etc., lo que se ha venido estilando de abuelos, a padres y a nietos, es siempre ser "hombre".


      Pero no por lo anterior, no significa que las mujeres son un punto aparte. ¿Cómo fueron criadas con relación a ese machismo?

      Si realizáramos una encuesta a la mayoría de las mismas féminas que buscan solucionar el asunto de la violencia, muchas concordarían qué tipo de enseñanza se les brindó desde niñas u jóvenes sobre el varón, sus hermanos, sus tíos, sus padres, etc. y cuánto de ello aplicaron a sus futuras parejas.

      Se ha visto en concursos, en programas de televisión, a jovencitas declarando que quieren a su pareja muy macho muy hombre, y nos preguntaríamos si realmente saben lo que ellas dicen. Otras afirman, alguien que las pueda proteger o cuidar.  Lo primero estaría en relación a alguien "fuerte" y lo segundo a alguien quien provea para proporcionarle lo necesario para su diario vivir.

     Entonces, no está pendiendo de un hilo, que las mujeres en realidad conocen de este tipo de factores, pero aún así se introducen en relaciones con varones que han sido enseñados a que deben ser amos y señores de sus hogares y que poco interesa conocer lo que piensan sus parejas. ¿Por qué enamorarse de alguien así?

      CONSECUENCIAS DE LAS DECISIONES DE LA PROPIA MUJER


   Se acalla a voces, por parte de las mujeres, que ellas siempre han tenido el poder de fomentar la armonía en sus relaciones, pero que han sido incapaces de poder controlar sus sentimientos para evitar una catástrofe mayor.


    Un novio controlador, celoso, no es aconsejable, pero algunas mujeres experimentan en esto una forma "hermosa" de ser amada por aquel varón. He escuchado mujeres que dicen que si un hombre no las cela es porque no las ama. Craso error cuando se relaciona el celo con el control posesivo. Ser una persona celosa no es mala cuando en realidad se debería llamar a eso, el sentimiento de dependencia afectiva hacia esa otra persona, pero cuando se trata de la posesión del "objeto", eso no es celo sino control absoluto, pero los estudiosos - a quien tengo mis reservas - obligan a la vox populi a llamarles "celos enfermizos" para impregnarles una connotación médica o científica y justificar sus estudios universitarios. Esto acrecienta más el entendimiento del problema.

   La segunda máxima es que "nadie quiere estar en un lugar donde no es bien tratado".  Si realmente no se está viviendo como se desea, ¿Por qué insistir en la relación?

   Se habla de un síndrome de codependencia, que es inexistente, cuando en realidad es la falta de decisión de la mujer para finiquitar la relación.  Se ha escuchado aquel consejo de no meterse con las parejas que discuten porque debajo de las sábanas van a solucionar sus problemas, es clásico, porque las mujeres optan -según sus consideraciones - por otorgar una oportunidad más a sus parejas, o se auto culpan  o simplemente, creen poder batallar con la situación.  Pero siempre es decisión de ella, independiente de si son intereses creados o económicos.

     Aquí hay una concordancia entre muchos y este artículo al respecto. Si la mujer desea continuar con una relación que le es desfavorable, algo le pasa a este ser humano que no desea apartarse del problema, pero no es un asunto de seguir culpando al hombre por ser un "machista" o un "oportunista", porque siempre es inclinar la balanza de un lado y olvidando el otro.

   Se que quien ahora lea este ácapite dirá que buscamos culpar siempre a la mujer, y entonces, deberíamos entender que lo opuesto sería culpar siempre al hombre, y seguiríamos en este estira y encoje de quién tiene la razón.


    Guste o no, se tiene que detectar la fuente de la llamada desigualdad entre los géneros, en lugar de estar queriendo tapar el sol con un dedo. También sabemos que hay grupos de mujeres que son consciente de la situación y determinan que no todo es responsabilidad del varón, sino que la mujer tiene que aceptar que sus decisiones la llevan a ciertas consecuencias.

    LIMITES


     Si claro, como todo en la vida hay sus límites.

      Hay que ir aceptando las cosas tal y como son y mirando a futuro.  Al que actualmente convive con un hombre con poco interés en cambiar a una mejor convivencia, no queda más remedio que separarse en lugar de pretender ser mártir.

      El "enamoramiento" juvenil no es una suerte de justificación para buscar el talón de aquiles de la relación en el varón. Efectivamente, se ha deslindado la diferencia entre la "entrega" del corazón de la mujer en relación a la poca afectividad del hombre. De esta ecuación tenemos que la mujer se enamora tal rápido y sin límites que permite que su pareja - novio - haga lo que desee. Tal cosa no es cierta.  Examinemos cada caso y se vera que siempre se presenta la parte tanto cognisitiva como racional de hombre y mujer en la relación.

     Si un chico adolescente con poca experiencia se enamora de una chica, incluso de su misma edad, pero con aceptable cantidad de relaciones previas, llevara ventaja sobre el benjamín que ingresa en las cuestiones del corazón. Nada que agregar si la pareja femenina es alguien que le lleva mayor edad al chico.  Es la misma suerte que corren las mujeres en relación al varón, cuando éste son mayores y tienen mayor recorrido en asuntos de faldas.

    Pero para hablar de desigualdad, tenemos que tomar en cuenta las mismas circunstancias y no las que evidentemente son palpables sus diferencias. En el plano de la igualdad es donde se avisora el trasfondo del tema, por más que sus acerrimos críticos señalen que no hay tal.


    Independiente de quién busque a quien, la relación de pareja se inicia con un acercamiento de alguno de los dos. A partir de ahí  si ambos han tenido experiencias sentimentales, y tienen madurez en lo que desean, pueden con paciencia tener el tiempo para conocerse, sin que influyan los latidos del corazón. Esto sería lo deseable, donde entonces la mujer puede determinar la conveniencia de seguir con su pareja o no.  Igual el varón.

    Si el hombre, en el ejemplo anterior, es alcohólico  mujeriego, jugador, vicioso, etc., a los ojos de su pareja; ésta puede perfectamente elegir en desistir y retirarse o continuar y aguantarse - hablando a calzón quitado.  Si decide por lo primero, no hay complicación alguna, pero si es lo contrario, no se puede hablar de violencia intrafamiliar sino de problemas con la forma volitiva de la fémina.

 ASPECTOS PARA DECIDIR QUEDARSE EN LA RELACIÓN

           Si la mujer quiere permanecer en la relación con aquel varón que no le conviene, los especialistas llaman a eso "síndrome de la mujer agredida, o codependencia adquirida o aprendida", igual es una justificación para disminuir la responsabilidad de la mujer y culpar al varón, porque en realidad no se está ante tal situación inventada.

            No se puede aplicar las reglas a todos los casos, que es lo que hacen con esta teoría, las organizaciones feministas que apoyan este asunto de la desigualdad y violencia intrafamiliar.


           Una chica que desde niña ha sido maltratada, abusada y completamente abandonada, no tiene forma de salir avante con todos sus complejos y poca auto estima, si no recibe ayuda. No es difícil concebir que ellas pretenderán encontrar a un prototipo de su padre o de su madre, que la mal trataron para asentar una relación hogareña, más sin embargo es cosa de ella, no del varón.  Muchos de los llamados entendidos en la materia, dirán, que en ese caso la mujer no tiene otra forma de pensar lo contrario y todo lo resuelven fácilmente con la famosa regla del "circulo vicioso", porque nadie sale de él.

           El Estado tiene la obligación de ayudar a los niños, jóvenes y mujeres adultas que han vivido en este tipo de situación mediante las instituciones llamadas a corregir desde un asunto integral, las vivencias que han deformado la personalidad, y no solo de mujeres sino también de los hombres.

          HAGAMOS EXAMEN DE CONCIENCIA HOMBRES Y MUJERES:

1. Quieres vivir solo o tener una pareja estable?

                      Generalmente hombres y mujeres decidirán por la segunda hipótesis.

2. Estás preparada para vivir en convivencia?

                        Aquí dependerá de un alto grado de conciencia y honestidad, y no en equilibrar si uno u otro es mejor que la pareja. Es un auto examen  Quienes aún no se conocen dirán que si, para tener con quien vivir, y los que dicen que se conocen a medias, pretenderán intentarlo a ver que pasa, es decir, a la ruleta. Realmente muchos podrán decir no estoy preparado pero aún así me siento capaz de obtener lo mejor.

3. Deseas conseguir a la pareja ideal?

                        La negativa a la respuesta es la constante en esta pregunta y eso es atendible porque el solo hecho de mencionar la palabra "ideal" implican sueños y lo inalcanzable y todos prefieren vivir con el término medio o como otros, con lo que me acepte.

4. Eres tolerante a los pensamientos y caprichos de tu pareja?

                         El niño dentro del ser humano no es un asunto de varones sino de mujeres. Aquí otra falacia. Dentro de todo hombre hay un niño, implicando que las mujeres no sufren de esa dolencias. No soy asiduo defensor de los psicoanalistas  sicologos o siquiatras, porque aún ellos mismos no saben donde ubicarse como ciencia y que a veces enredan las situaciones. Sigmund Freud, estudiaba más a las mujeres que a los hombres por no entenderlas, cuando no había nada que entender solo ver el lado infantil de ellas.


                 Si el varón es atrevido en actuar sin pensar, las mujeres son quienes piensan en cosas que no se atreven. Ambos son ambiciosos y caprichosos.  Como se tratan de dos extraños que se aproximan por un asunto sentimental, es claro, que cada individuo viene cargado de diferencias en pensamiento y deseos y es la negociación y no el amor -romanticismo inexistente -  quien podrá flexibilizar las posiciones de la pareja.

               Quien no sea tolerante y se crea absoluto tendrá muchos problemas en mantener una relación estable.  No se trata pues de argumentar para imponer, sino de ser honesto para negociar. El hombre promedio desea una pareja que diga siempre si, a todo lo que desea, y la mujer promedio, prefiere a los hombres que no le proponga nada que vaya en contra de sus deseos, pero la vida viene en diferentes colores y por ello, hay que estar preparado que si no se puede manejar al corazón, tener la fortaleza para buscar la mejor forma de convivir sin disputas violentas.

¿ESTEREOTIPOS O NO?


   Si se quiere entender la situación, decían los grandes maestros de filosofía, que entre más exagerado el ejemplo, mejor se entiende el mensaje.

   No se trata de ridiculizar a nadie, sino reírnos nosotros mismos, demostrando la capacidad de aceptar las cosas sin imprimirles ningún sesgo de subjetividad para crear conflicto.

  1. Cuando dos chicas se encuentran, se saludan con un beso en la mejilla, y la sociedad - tanto hombres como mujeres - lo toman como algo normal; pero si son dos chicos quienes lo hacen, ¿Qué piensa usted?

  2.  En un centro de reunión, es normal que una amiga le solicité a la otra que le acompañe al tocador, pero ¿qué pasaría por su mente, si es un hombre a otro quien lo realiza?

  3. Es común ver entre las jovencitas, que caminan hacia su destino agarraditas de las manos, sin que exista la mirada juzgadora de los demás. ¿Qué pensaría usted de dos chicos tomados de la mano?

  Veamos otra situación:

¿Cuánto tiempo se toma una dama - sea adolescente o adulta - para decidir que vestimenta utilizar, o qué tanto de maquillaje utilizar para salir?  ¿Será el mismo tiempo que le toma a un varón?

   Recuerda estos adagios que le repiten a los varones:

"Jala más un par de tetas que un par de bueyes"
"Cuando la de abajo actúa la de arriba no piensa"

   Y a las mujeres:

"El hombre traspasa un lodazal y sale limpio, pero la mujer lo hace y sale sucia"
"Si no se exhibe la mercadería no se vende"
    
       De una u otra forma, a traves de los tiempos, esta pugna por diferenciar a los géneros es producto propiamente de la sociedad misma que requiere mantener la división a próposito para que se ganen espacios a favor de uno y otros.

    Las féminas en el fondo saben que tienen mucho que perder porque ellas mismas se han dedicado a proyectar una imagen de voraces y despiadadas suplantadoras de la imagen de los varones:
¿Por qué ellos usan pantalones y nosotras no? ¿Por qué ellos fuman y beben y nosotras no? ¿Por qué son los únicos adulteros y nosotras no? ¿Por qué se les permite llegar a casa más noche y nosotras no? ¿Por qué ellos creen que somos debiles? etc., etc.

    Los hombres, en cambio, se pierden en nimiedades que le hacen perder el norte sobre la posición que tienen en una relación:

¿Por qué se tardan tanto para salir a una reunión? ¿Por qué deben llorar por todo? ¿Por qué son tan chismosas? ¿Por qué se aprovechan de su status de mujer para llamar la atención? ¿Por qué debe vestir tan provocativa? etc. etc.
      En realidad, como se podrá osbervar, todos tienen los mismos temores, complejos, inseguridades y superficialidades, que en general no quieren aceptar y se culpan unos a otros.
   Las chicas desean ser aceptadas por su fisico, si no observemos la cantidad de dietas, ejercicios e incluso cirujías para ser la diva del momento. ¿Para qué un concurso de Miss Universo?  Muchas revistas de moda y publicidad demarca la silueta "perfecta" de la mujer que se relaciona al "exito" en su futuro.
a. Si no eres bonita no te toman en cuenta
b. Si no eres esbelta no se te abren la puerta de los negocios y buenos empleos
c. Si no eres atractiva díficilmente encontraras un buen partido, economicamente hablando.
etc.
    Cuando se escucha a las ex reinas de bellezas - aunque no hayan ganado el certamen internacional - lo primero que establecen es que lal experiencia les permitió nuevos horizontes lejos de su propio país, y en el mundo de los negocios, entonces, el mensaje a las jovencitas, es: Sean preciosas y lograran lo que se proponga.
    Ningún concurso de belleza analiza al ser humano en sí, sino a su exterior. ¿Por qué deben desfilar en vestido de baño? ¿Qué probara observar la piel semi desnuda con la intención de que represente a las mujeres del mundo?  
     ¿Hay diferencia entre exhibirse en lencería - como Victoria Secret - y utilizar vestido de baño? Es un asunto de mentalidad porque no hay diferencia alguna, sin consideramos que en definitiva se está juzgando la piel no la prenda.
     En realidad, como he reiterado, entre los mismos grupos hay divisiones. Hay mujeres que critican a sus propias congeneres y hombres que están en desacuerdo con la actitud que asumen los varones con respecto al tema de las relaciones de pareja, pero la idea es que exista una paz social en ciertas coincidencias en pensamiento para que no se produzca por conveniencia social este tipo de disputas.
    Es una realidad, que los varones están siendo bombardeados desde que son pequeños, con la publicidad visual de mujeres despanpanantes que encierran un concepto de belleza, cuando la misma es artificial, porque en el mundo del modelaje la obligación es mantenerse en ese estado de "hambre" y disciplina que impida ejercer voluntad propia. 
   ¿Usted como mujer, estaría dispuesta - si tiene los medios económicos necesarios - de evitar las ropas de marcas, los comesticos de marca y los accesorios de mejor calidad, para no verse envuelta en este estereotipo?
    En el caso de los hombres, la edad - al igual que la mujer - juega un papel importante. Nadie quiere envejecer ni verse arrugado. Esa es la realidad. De lo contrario las compañías de bellezas y cirugías plásticas estarían en quiebra.
    Se gasta dinero en bypass gastricos, mallas linguales, dietas exhorbitantes, fajas modeladoras, pilates, gimnasio, para lograr mantenerse joven.   Una cana es el horror de adultos pasados los 30 años. Los hombres se sienten mal cuando una jovencita de 16 años los compara con sus propios padres. Las mujeres se molestan cuando se les pregunta su edad, o se les hace mención de las patitas de gallo que amueblan el contorno de sus ojos.
   Al momento de las discusiones entre parejas, se busca herir en cualquier defecto, como si quien lo dice fuera perfecto. "Estás gorda" "La tienes muy pequeña" "Estás loca" "Eres un borracho" "No me das deseo sexual alguno" "Eres un rabo verde" etc. etc.
    Cuando iniciaron la relación, todo era color de rosa: "Eres mi principe azul" "Eres la chica para mi y no te cambiaría por otra" "Eres el garañón semental, mi machote" "Eres la mujer que me eleva a los cielos" etc. etc.
   No hay tal agresión ni violencia que se pueda generalizar para culpar con toda propiedad únicamente al hombre, pues para una discusión se requieren el concurso de dos, no de uno. Es momento de comenzar a ir quitando de la mente de los seres humanos que hay diferencias entre hombres y mujeres importantes para la busqueda de proteger solo a las mujeres de aquellos los malvados.
    Las diferencias es la escencia real de una pareja, porque la monotonía de pensar y actuar igual, conlleva a un aburrimiento inmediato. Si él es lento y ella rapida, se complementan; si él es gracioso y ella seria, avivan el hogar; si él es realista y ella soñadora, etc. etc.  ¿No es el ser humano capaz de adaptarse a las condiciones en que vive?   El blanco requiere del negro, el positivo del negativo, el yin y el yan, siempre debe existir la oposición para mantener vivo el espiritú.  Son factores externos lo que desastabilizan esta normalidad y lo llevan a estratos de dificultad y conflictos, que son los que se tienen que erradicar, comenzando por bajar el tono de las solicitudes de las féministas de institucionalizar la "violencia doméstica" como bandera a favor de las mujeres y en contra de los hombres.

LEYES MAS DURAS EVITAN MAS TRAGEDIAS


   No es retorica ni demagogia, pero desde mucho tiempo atrás, países más desarrollados que Nicaragua, han promulgado en sus naciones, leyes que penalizan fuertemente el homicidio y el asesinato, incluso con pena de muerte, y ello no ha sido efectivo en la reducción de la criminalidad. ¿Qué hace pensar que será diferente al tipificar como hechos delictuosos los actos en contra de la mujer?

       Las feministas interesadas en que las leyes sean más estrictas y duras contra los hombres que privan de la vida a una mujer, o las lesione,  saben de antemano que ello no es la solución a mitigar el sufrimiento de las mujeres que viven bajo mal trato.  Se niegan a considerar que la prevención, re educación está primero que la sanción o castigo.

     Un agresor no dejará de desquitar su furia, ira o perturbación contra su pareja, porque exista una ley, es más, no creo que alguien en un estado de emoción violenta tan siquiera racionalice la existencia de una ley que le prohíbe a efectuar el acto que esta a punto a cometer para frenar su conducta.


    Impulsar normas que protejan a la mujer, es una ilusión, que no ha prosperado en países con mayores recursos económicos.  Habría que designar un guardaespaldas por cada mujer que denuncie a su pareja por amenazas. Ni una orden de restricción evitaría que en segundos un agresor consuma el acto, porque en tanto se traslada una patrulla al hogar de la victima, aquel habrá escapado.

   La solución no está en castigar, porque sería pretender fijar una señal de alto en un cruce, donde los conductores no lo respetan. La enfermedad no se resuelve con administrar la inyección, sino con prevenir la misma. El Estado puede incurrir en gastos para prevenir situaciones penosas a futuro en lugar de aumentar policías, fiscales, jueces especializados en la materia, secretarios, auxiliares, etc., que al final no detendrán el problema.

     Las mujeres, en general, deben ser conscientes que no hay una lucha que ganar en contra de los hombres, sino que ambos en conjunto están sentados en la misma barca y deben remar por igual, aunque existan sus diferencias de carácter y pensamiento, pero una misma finalidad: nadie quiere terminar sus días solo y enfermo, sin nadie que lo quiera ni lo cuide.


   Si es posible, con paciencia y en conjunto poco a poco, se lograría esa misión en que hombre y mujer, regresen al jardín del edén.


ALMAS GEMELAS

     Tanto hombres como mujeres, son seres imperfectos que buscan por su propia naturaleza, ser mejor cada día.  En esas imperfecciones se encuentra su propia identidad como ser ante el resto del mundo. ¿Cuántos no se han sentido lastimado por una frase o una palabra que nos minimiza como nos conocemos a nosotros mismos?

       Esta batalla de sexos, que se ha conocido de diferentes formas, ha conllevado a que se saquen los trapitos al sol entre parejas, cuando en realidad, cada uno comparte los mismos defectos. Si lograran por un momento pensar en lo que hacen, no dejarse llevar por los bajos instintos negativos de la ira y el orgullo, podrían verse en un espejo como almas gemelas.

         En una mesa de reunión de amigos, he escuchado a las mujeres y a los hombres tratar de disputarse el título del ente más chismoso. Las mujeres se la atribuyen a los varones y éstos a aquellas, pero la realidad es que el chisme es parte consustancial del ser humano hoy en día, para no irnos más allá de los siglos. Para una armonía en la pareja, interesa realmente saber quién es más o menos chismoso?


         El varón. cree que lo sabe todo porque necesita convencer a su pareja que debe confiar en él, porque está literalmente preparado para cualquier situación. ¿Es eso realidad? Nadie nace con tantas habilidades juntas. Por su parte la mujer, no quiere quedarse atrás, y requiere imponer su autenticidad al probar al "macho" que ellas no solamente son seres inteligentes sino capaces de realizar las mismas labores y actividad que los del sexo contrario. 

         Si hacemos un recuento, ni uno ni el otro tienen la razón, y por ello se requiere el complemento y concurrencia de ambos.  No solo para las relaciones sexuales, sino para cada actividad diaria y cotidiana. No hay reglas para que las mujeres tengan que dedicarse únicamente a los quehaceres del hogar, mientras el hombre se va a trabajar y conseguir el dinero para el sustento diario. Tampoco, hay un reglamento natural que señale lo contrario, que las mujeres deban dejar en manos del varón la crianza de sus hijos y el cuidado del hogar.  Ni menos, que la pareja en conjunto salga del hogar a buscar el dinero dejando en manos de extraños la enseñanza de sus vástagos.

           Como he reiterado es cuestión de negociación. Ya es bien concebido aquel adagio de que ni los dedos de nuestras manos son iguales, menos esperar que podamos encontrar el "alma gemela" absoluto, como muchos proponen en esta encarnizada lucha por el poder tanto del hombre como de la mujer.


              En la viña del Señor se puede encontrar de todo: hombres buenos y mujeres malas, o viceversa, hombres despiadados y mujeres santas. ¿Quién lo determina?  Pues casualmente cada quien, según sus intereses.  Si es un hombre que gusta de las parrandas de viernes por la noche, y su mujer ni le incomoda su actividad, es la MEJOR de todas las parejas.  Si el hombre es quien entrega completo su quincena salarial, y no participa de la disposición del dinero para las compras, de tal suerte, que la señora se los gasta en adquirir buena ropa, accesorios y maquillaje, sin que su pareja se oponga, por parte de ella, solo hace falta erigir un monumento a quien considera AMO Y SEÑOR de su hogar.

               Lo contrario, es lo que fundamenta la supuesta división de géneros y origina los conflictos que aprovechan los fanáticos de propugnar por la violencia intrafamiliar. 

               Tanto grupos de amigos y familiares forman bandos a favor de uno u otro.  "Mamá, ese hombre se gasta el dinero en licor y mujeres"  ¿Qué reacción se espera de su bando? "Hija, te lo dije, debiste escucharme, y simplemente no tienes porque aguantar esa conducta porque te mereces algo mejor".  En el otro bando no se hace esperar respuesta alguna: "Esa mujer no sabe el gran sacrificio que haces trabajando desde la madrugada para tenerla como una reina, y todo el teatro que te monta por una noche para desestresarte"

                Al final, estos grupitos atizan el fuego de la discordia en las parejas, llámense novios, en unión libre o matrimonios.

                    Ni el hombre puede esperar a la mujer perfecta, ni las féminas pueden obligar a que los hombres lo sean.  Tampoco es recomendable mantener esperanzas de cambio ni menos empujar al otro u otra a ser diferente de como se conocieron.  A diferencia de los objetos, como las prendas o las cosas, el ser humano por decisión ajena no puede transformarse en alguien diferente pues perdería su identidad consustancial.  Mejorar es diferente a cambiar.

                     Si una chica conoce a un varón, es porque algunos de sus atributos, tanto físico o de personalidad, le atrajeron, no su totalidad, lo cual para ello está el tiempo para conocerlo mejor, mucho antes incluso de pensar en una relación estable de mayor tiempo. Es en el transcurso de esta etapa de conocimiento que se toma la decisión, con racionamiento no con sentimientos. Cegarse, es el peor de los métodos para cimentar una aceptable relación que perdure.  "Él no era así cuando lo conocí  no se porque cambió"   Efectivamente, no hubo tal conocimiento. Ella vio lo que quería ver y justificó todo aquello que le hacía dudar continuar con el hombre de sus "sueños".

                         Es muy real, que hombres y mujeres, busquen como llamar la atención del sexo opuesto, incluyendo las mentiras y las falsas apreciaciones de su personalidad. Un hombre, puede dejar de fumar y tomar licor delante de su novia, para evitar que conozca ese lado oscuro de su personalidad; la mujer puede estar utilizando tacones altos, vestidos caros e incluso sostenes wonderbra, para proyectar una mejor imagen atractiva. Al final, todo esto se desvanecerá con el tiempo y saldrá a relucir más temprano que tarde tal y como cada quien es. Sea porque en la primera reunión social, ella observe como su pareja bebe y fuma como chimenea, o que él, en la primera cita sexual, sepa que evidentemente ella no es talla 34D. 

                          Hoy en día, es muy difícil, no solo por los avances tecnológicos de redes sociales y conocimiento informativo, sino por la evolución de la inteligencia humana, que jóvenes y adultos, pueden captar la mentira de la verdad, y se hace más difícil para los "estafadores sociales", engañar acerca de quienes realmente son.  He escuchado tanto de un lado y de otro, pubertos o adolescentes, señalar con una certeza envidiable el cuadro sobre alguien que les acecha.

                           Una chica, conoce las intenciones de los varones: "todos quieren ir a la cama con ellas". Es su grito de guerra.  Y en cambio los chicos, continúan en sus juegos de cazadores: "quiero a alguien que me acepte como soy", cuando ni siquiera tienen en claro quienes son.  En el caso de los adultos jóvenes  las cosas siguen siendo iguales. El uno tratando de convencer a su pareja que son sinceros y los otros, evitando los compromisos por los fracasos tan sonados en televisión.

HAY ESPERANZAS PARA UN CAMBIO

       Desde que se empiece a cambiar la mentalidad, todo es posible en la vida.  Hay que dejar de buscar tres pies al gato porque sabemos que tienen cuatro. Los bandos deben de deponer sus objetivos y permitir una reconciliación social desde el seno de los hogares.

       Para muchos que integran grupos de defensa sobre una u otra tesis, les será difícil detenerse por las donaciones que les ingresan manteniendo este "pleito" entre géneros, por lo que el primer paso será que cada miembro sea consciente que una guerra extendida, además de las muchas victimas que se dejan, es un desgaste económico.

         Las leyes son buenas, cuando pretenden una paz social y no una guerra. Promulgar normas que protejan a un solo sector y que culpabilice a ultranza al otro, no es la respuesta sino que agrava el problema. Veamos:

    a. Una mujer acusa a su marido para poder quedarse con la casa. El Tribunal por ley, debe alejar al marido sin permitirle defenderse, incluso retenerlo en prisión. La mujer salió ganando pero se aumento el resentimiento de los varones en sus parejas.  Muchas dirán que no siempre es así, pero no negaran entonces que si se presenta tal situación, y por poca que ellas creen que hay, lo cierto es que multiplicado por semanas y por años, la práctica cada vez sería más que una excepción una regla.

      b. El varón, no quiere pagar una pensión alimenticia, se aleja de la pareja y es detenido por su obligación. Culpa a la mujer, sin sentarse a considerar que es su deber como padre. Sin embargo, la posición social en que fue detenido, sea en su casa - delante de su nueva pareja - en su trabajo, o en un lugar público pesa más en su amor propio que la naturaleza de la ley de alimentos para sus hijos. Llega a una disputa verbal con su ex pareja, que puede acabar en una tragedia.

        c. Una mujer celosa acosa a su ex pareja, acusándolo de abusar sexualmente de ella o de su hija, y aquel es arrestado y luego de varios meses de proceso judicial es absuelto, o como en la mayoría de los casos que priva las declaraciones de las victimas, es condenado y encarcelado por varios años. ¿Esperan que salga feliz y contento por esa injusticia?  y

         d. Finalmente, una mujer - en el mundo del lesbianismo - apuñala a su ex pareja o su actual pareja, pero como no interviene un varón, entonces no se aplica como un delito de feminicidio, con las propuestas legales de hoy en día.  Aquí se puede observar, lo que se ha venido reiterando, que no es cierto que exista un "odio" del hombre hacia la mujer por solo el simple hecho de serlo. La reacción humana por la ira, desconfianza o la traición, impulsa al sujeto - sin importar que sea hombre o mujer - a privarle de la vida a la otra. ¿Qué dirían ahora las organizaciones féministas al respecto? Se quedarían sin palabras buscando algo apropiado para ver estos casos aislados y continuar su desfile en contra de los hombres. ¿No será que más bien hay solapadamente odio de sus dirigentes hacia los varones?  A veces, por medios legales se quieren buscar un próposito muy personalista.

         En cada uno de esos casos ejemplares, aunque hay muchos más, todos tenemos una opinión al respecto dependiendo del bando que se tome. Habrán hombres que apoyen a los suyos como se pronuncien a favor de las mujeres, y viceversa, mujeres que adopten la posición en favor de las féminas, o en su contra. Lo cierto es que no hay un término medio si no hay un compromiso previo a iniciar las relaciones de saber quienes somos y con quien vamos a tratar para tomar la decisión acertada, o al menos la que nos permita el sentido común, sin temor que a mediano plazo tengamos que finiquitarla por razones de conveniencia, pero al menos en términos amistosos y no violentos.

             No hay que plegarse en una tesis que busque marcar más la diferencia de lo que hoy en día se conoce como violencia intrafamiliar, sino aquellas en que detecten con honestidad y objetividad, los denominadores comunes de cada parte que pertenezca a la relación. 

             Es falso que un hombre, sea tildado de "macho" o no, odie a las mujeres, como se pretende vender por parte de estudiosos en este fenómeno. Apoyar esto, sería darle tags o marbetes, a los hombres, injustamente.  Como se ha indicado, la sociedad históricamente ha determinado el comportamiento de los varones. El más fuerte es el único admitido en una sociedad, por lo que desde siempre se ha determinado que los hombres deben ser aptos para obtener el éxito en todo lo que se proponga y no dejarse avasallar. Quieranlo o no, esa actitud es producto de años de concientización en los niños varones.

              El varón que esta leyendo estás líneas, tendrá como medianamente cierto lo que se ha escrito. En Nicaragua, no hay aquella persona que se crea "hombre" que no reaccione ante cualquier comentario - por más tonto que sea- con cierta violencia. Quien diga lo contrario que tire la primera piedra, y también este concepto implica una agresión.  

               Por tanto, un ser que lleva en su interior, la marca de la compostura adaptada o enseñada, no puede reaccionar de forma diferente con quien lo ataca, sea verbal o físicamente  sin importar la naturaleza, sexo, estatura, color, religión, etc., de quien la origina. Desde este punto de vista, el hombre que pierde los estribos en contra de su pareja, no lo hacer porque sea mujer, sino porque independiente de su género, va a reaccionar en la misma forma como si fuera con un hombre.

                  Las mujeres que lean estas líneas, recordaran aquella enseñanza, en que se instruía que "ningún hombre debía maltratar a una mujer ni con el tallo de una rosa". En pocas palabras, se establecían reglas sobre el comportamiento del varón a la mujer en asuntos de disputas.  Igual, los regaños de las madres a los varones, al decir "no sea maricón pegandole a una mujer" etc.

                 No es algo que se haya inventado o sacado de un sombrero como conejo, sino una realidad que aún se escucha en Nicaragua.  ¿Hay ventajas? 

                Las mujeres dirán que es ventajoso ser varón, e igual éstos hacia el sexo femenino.  Sin embargo, la realidad que en el mundo no existen tales ventajas, sino aceptación de quienes somos y ser felices como somos.  

                    Quien por razones propias, no se puede auto controlar y deja surgir el "hulk" de su interior sin reparo, debería buscar respuesta a sus problemas con profesionales previo a iniciar una relación sentimental, no importa si se trata de un hombre o una mujer la persona violenta, sino que es una forma que pueda convivir en la actual sociedad. Ser sincero con uno mismo es lograr aceptar el problema, y no pretender excusarlo o dominarlo por si mismo sin ayuda.  Esto es un resultado de que la sociedad en si misma, colabore en que se busque la ayuda, en lugar de estar tildando de "enfermos mentales" "machos" "violentos" "agresores", etc., que estereotipan a todos los hombres del mundo gratuitamente.


                   Ya es hora de que todos nos revisemos, y seamos parte de la solución y no del problema. Si se tiene a un amigo o familiar, con problemas de actitud y temperamento, no se le debe alentar a que considere que esa es la conducta aceptable, sino ayudarle a ver por si mismo que eso no está dentro de los cánones de la paz social que se busca. Lo mismo ocurre, si vemos que hay una fémina que desea aprovecharse de la bondad de su pareja, y hacerle notar su error, en lugar de "solidarizarse" porque se trata de acabar con el enemigo.

                   Como pensamiento final, es importante que se tome en cuenta, que efectivamente nadie es perfecto pero que es importante como ser en sociedad que los seres humanos, tienen que relacionarse social o sentimentalmente, y que en esa intención debe prevalecer los mejores propósitos para una relación duradera, pues en el fondo nadie busca a otro para ser su enemigo, sino un amigo con quien compartir sus sueños, alegrías y penas hasta el término terrenal de nuestras vidas.


          

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