Los Magistrados de la Corte Suprema, sin importar
del partido del que provengan, son los primeros quienes vendieron sus ideales por vivir cómodamente, claro está, quienes no se pudieron adherir a esas compras de conciencia, fueron víctimas de los chantajes del cual Ortega, es experto, al igual que Hoover, hurgar en la basura de sus opositores y encontrar los cadáveres que les obligan a callar o venderse.
Ni que hablar de los diputados, quienes simplemente se han vuelto un decorado en el Congreso, y expertos en apretar botones para quedar bien con el dictador, a cambio de prebendas, que solo son validas en Nicaragua.
Los Estados Unidos, lidera las sanciones contra los funcionarios de Ortega, incluyendo familiares, allegados y testaferros, por lo cual cualquiera que caiga en manos de aliados estadounidenses fuera de Nicaragua, estará obligado a extraditar a esos delincuentes a la justicia norteamericana, lo cual no cae en gracia a la pudiente familia Ortega Murillo, quienes pensaron que el pozo jamás se secaría. Ahora pueden seguir usufructuando de las mieles del poder, pero tendrán que idear nuevas formas de poder almacenar la inmensa fortuna amasada por robos, explotaciones y negocios turbios del narcotrafico y de admitir nuevos socios para proyectos oscuros.
El dictador Ortega, pretende hacer una farsa electoral en el año 2021, para acallar las voces que le exigen detenga la matanza y la tortura de opositores. Y para ello, envió a la Asamblea Nacional, un combo de leyes, entre los cuales, está sancionar a cualquier ciudadano que ellos - aunque solo es la voluntad del dictador y su consorte - indiquen son traidores a la patria, y bastara para que el mal logrado Consejo Supremo Electoral, les impida correr para cargos públicos, incluyendo el ser Presidente de la República.
Varios opositores con ansias de sustituir a Ortega, han aparecido a partir del 2019, entre los cuales destacan gente de la familia Chamorro, incluso del desaparecido MRS, o al menos debilitado, y luego otros más, que dicen ser ungidos por el pueblo nicaragüenses, quienes solo los conocen porque los medios han pretendido hacer campaña publicitaria a favor de ellos, pero de los cuales son pocos los verdaderos bendecidos por el pueblo para tomar las riendas de sus destinos.
Mandela, en Sudáfrica fue un hombre elegido para el puesto, porque paso casi toda su vida en prisión, por pretender ayudar a sus conciudadanos a eliminar la segregación racial existente al momento de su encarcelamiento, o sea, que fue un hombre que sufrió por sus ideales, en cambio, los concebidos opositores nicaragüenses, desconocen lo que significa pasar en una celda, en la oscuridad, y torturados por la brutal genocida policía orteguista. Sin comida ni bebida y completamente aislado de sus seres queridos, para luego salir más de un año después, con visibles señas de esas torturas, y aun así, acosados por los sandinistas a las afueras de su hogar.
El 2021, será un año decisivo, si es que los países del globo, presionan al dictador para brindar garantías que las elecciones serán aceptables. Permitiendo el reingreso de los nicaragüenses en el exterior para que puedan ejercer el derecho al sufragio; permitir observadores internacionales que no tengan nada que ver con la misma camaradería que le hacen sentir bien al Dictador, como provenientes de Rusia, Venezuela o Cuba, incluyendo de islas pequeñas adheridas al socialismo del siglo 21.
Se debe permitir que la atención se centre en las elecciones por los cuales deben aprobar el ingreso de todas las cadenas de televisión y periodismo independiente que no estén vinculadas a los medios oficiales o del mismo amiguismo del dictador. Todas estas garantías brindaran confianza, incluyendo, los fiscales de los partidos en el momento de que se depositen los votos y se haga el conteo de los mismo al cierre de las mismas, para que se esté conociendo al próximo presidente, que si los números no fallan y hay unidad opositora, Ortega, se llevaría una gran paliza y nuevamente la sorpresa que no es el hombre querido como le han hecho creer a lo largo de estos años.
Ya el dinero del convenio petrolero venezolano, ha desaparecido. Los negocios con el exterior, mermaran con las sanciones del gobierno del señor Trump; así que solo quedan apretar más el bolsillo de los pocos empresarios que quedan en el país, y del pueblo nicaragüense. Pues, las fuentes de ingresos se habrán agotado para seguir manteniendo a una familia que han vivido de lo ajeno, y que ya no generan tantos dividendos. Las empresas Ortega Murillo, apuesta al turismo, para que sus hoteles, y demás negocios del ramo, puedan seguir admitiendo a los extranjeros que van a dejar las divisas, así como el lavado del dinero originado del narcotrafico.
Así como en Venezuela, se está gestionando con la Corte Penal internacional, se juzgue a Maduro, por los crímenes que se han venido cometiendo en contra del pueblo; Ortega, tiene una deuda eterna con la justicia para asumir la responsabilidad de una debacle en un pueblo que por hoy es el segundo más pobre de latinoamérica, según lo ha dispuesto el Banco Mundial. No olvidemos que el bachiller no tiene experiencia ni preparación para administrar lo ajeno, solo para robarlo, por lo cual queriendo endosar esas funciones a terceros, como el beodo Bayardo Arce, al final, se han enterado que cuando se trata de sentarse en serio a gobernar, no tienen los requisitos para ello, y mal gastaron años para robar y no para haber el bien para el pueblo.
Este año 2021, serán de esperanzas, cuando Ortega, entregue el poder, después de sentir nuevamente la desaprobación del pueblo, para que continúe al frente del gobierno, y de seguido, sin amnistía se siente en el banquillo de los acusados a enfrentar la justicia, de la cual, logró escapar en los 80, cuando finalmente llegó su fin de terror, en 1990, con el triunfo de una coalición que designó a la señora Violeta Barrios, como Presidente del país. Esta vez, se ha aprendido de los errores, y tiene que llegar alguien que se apriete la faja y con firmeza lleve a ese pillo y a todos quienes le rodearon, incluyendo comisionados, policías, generales, soldados, alcaldes, secretarios políticos, motorizados, paramilitares, etc., ante la justicia, una vez que se remuevan jueces, fiscales y Magistrados, para que la justicia objetiva prevalezca.
Veremos si hay una organización creíble que impulse la candidatura de personas confiables, humildes, deseosas de trabajar y no robar, preparadas para el cambio, para asumir las riendas de una acabada Nicaragua, que por sus recursos, pueden volver a ver la luz, y llevar esperanza a una población sumida en la pobreza, acostumbrada a recibir las sobras y no saber lo que es vivir en democracia. Aun esas personas, no se conocen, pero se apostaría a alguien sin rostro conocido, sin relación con esos políticos tradicionales, a quien pudieran votar con la seguridad que permanecera sometido a una constitución y a una legislación, y no pasar sobre ella. Por lo demás, Viva Nicaragua libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su comentario