LA ONCEAVA IDEAL DE LA POLITICA


Es extraño como a veces hay que hablar el verdadero idioma de los niños, cuando se está con ellos. Para quienes son padres, saben a lo que me refiero. Ellos tienen sus propios códigos, sus propias santos y señas, así como su propio dialecto y gesticulaciones verbales. Más allá de su comprensión quien intente imponer su propio lenguaje se irá decepcionando que no pudo comunicarse con ninguno de ellos. Así que la idea es mejor aprender y aplicar el cómo entenderse para que exista un canal adecuado de transferencia de ideas e información.

    Alguien creó un estilo similar utilizando las metáforas o las parábolas, permitiendo llegar con mayor dirección y claridad los mensajes que se pretendían hacer llegar a sus seguidores. Tal es el caso del señor Jesús de Nazareth, y de sus ejemplos abundan en el nuevo testamento de las sagradas escrituras. Pues, creo que se ha fijado el punto de este artículo.

     Bien, a manera de que la mayoría del pueblo nicaragüense, se integre a estas justas y debates, pondremos como fundamento armónico, el recién terminado Mundial de Fútbol, Brasil 2014, que pueda no abarque a la mayoría de la población, sea por tedio ante tanta parafernalia diaria de los encuentros deportivos o simplemente por no comulgar con ese tipo de eventos. Lo que si podemos estar claro que sea una u otra alternativa, todos entenderán los mismos términos y conceptos que se han utilizado a lo largo de este mes de la vida futbolistica.

       Escuché al tal acostumbrado periodista del ahora bien matutino programa de canal doce de Nicaragua, referir que el ahora encargado del ejecutivo, señor Daniel Ortega, había metido dos goles en referencia a la llegada del chinito Wang Jing, y del presidente ruso Putin, dejando bien claro que este señor periodista, que de fútbol es lo menos que entiende pero si de los vocablos que se utilizan, por lo que queda más que preparado la mesa para continuar en nuestra conversación.


    EL ONCE IDEAL

   El máximo organismo que rige el destino del Fútbol, la FIFA, determina al final del Mundial, los once jugadores que por su desempeño podrían conformar el mejor equipo representativo de estas justas. A eso se le conoce como el once ideal porque lo integran once diferentes jugadores no necesariamente de un mismo equipo pero que por sus cualidades en el terreno de juego y por su rendimiento deberían ser considerados lo mejor de lo mejor en la actualidad del fútbol.

     Para efectos de este artículo, nos referiremos no a personas si no a puntos que conformarían el sistema político ideal para Nicaragua.

     Bien en la portería, deberíamos tener, en diferentes bloques, la supervisión efectiva de la economía nacional, incluyendo finanzas, bursátil, bancario y fiscales. Imaginemos, un verdadero portero, ágil, elástico, flexible, tan largo y habilidoso para estar atento a las jugadas que implican que aquellos que pretendan defraudar al erario público, no los dejen impune pasar por esa puerta que él defiende.  Aquí entra sin lugar a duda las instituciones correspondientes a esos temas como la Auditoria, Superintendencia, Controlaría y Corte Suprema de Justicia.

     Delante de ellos, primero está la mejor defensa que impedirían que los evasores puedan driblar, o esconder el balón para escaparse por aquella adorada puerta de la impunidad. Obviamente hablamos de los mejores fiscales y policías.

         En la media, las mentes más brillantes para planear un avance que permita colarnos hacia el campo de la economía y mercado mundial, para desarrollar nuestra producción al máximo, políticas y legislación que agrupen la planificación y estrategia al ritmo evolutivo internacional tomando en cuenta nuestra realidad nacional.  Aquí tenemos a los señores diputados de la Asamblea Nacional en conjunto con los Ministros de Estado.
   
         Y ahora los delanteros, que en nuestro sistema de juego 5-4-1, es el único que confiado de que todo es perfecto en la defensa, y contara con el apoyo en la media cancha, trabaja para obtener las metas deseadas por todo el equipo, no hablamos nada más ni nada menos que de la cabeza del ejecutivo, así es del Presidente, quien magistralmente debe tener el temple y el desempeño necesario para controlar el balón de las balanzas de precios; las diferencias de precios de mercado; las alzas de los productos; los obstáculos del desarrollo, de los gastos públicos, etc., para anotar los goles que lleven a la victoria de su equipo. 

         Finalmente, esta oncena ideal, no estaría perfecta sin su director técnico, y en este caso, nos referimos al pensador, al estratega, al planificador, al quien le corresponde nombrar jugadores, designar quien inicia el partido y hacer los relevos necesarios durante el partido cuando considere que el que esta en la cancha no está realizando bien su rol y debilita al equipo. Así es, hablamos propiamente del pueblo de Nicaragua, para la decepción de muchos, no se trata de colocar al pueblo trabajador como espectadores sino como participes en la cima de este organigrama deportivo donde son los ases que llevan la economía hasta buen puerto, no sólo produciendo sino también solicitando rendición de cuentas y administrando las riquezas que le pertenecen. 

       Desde esta optica, podemos todos gozar del espectáculo del fútbol de la política y no olvidar cuales son las posiciones que se requieren para que Nicaragua, funcione como una nación democrática, representativa y una verdadera república de poderes separados en defensa, medios y delanteros, bajo la dirección atenta de un técnico implacable preparado a sentar a aquellos funcionarios que no juegan el fair play, que no pasan el balón o que simplemente están caminando en la cancha sin esforzarse. A un técnico de ese calibre difícilmente lo puedan remover tan fácilmente.

       

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