LAS ELECCIONES QUE NO FUERON

 Sin pretender extender este artículo a más de dos párrafos, el ciudadano nicaragüense, comprenderá que significa ir a unas elecciones que dista de poder ser llamado ELECCIONES. Desde el punto de vista formal, se podrá señalar que se habrá ELEGIDO a un presidente, pero no desde el punto de vista estricto de que esas ELECCIONES en realidad sean fiel reflejo de la voluntad de la mayoría.

  El espectáculo se viene hilvanando desde hace más de siete años. Los protagonistas son Ortega y Murillo, nadie más. Los actores secundarios, son los llamados opositores. Sin embargo, aquí el productor, director y editor, es Ortega y Murillo. Desde hace meses vienen señalando con encuestas pagadas y los medios de comunicación oficialista, asegurando que por la DIVISIÓN DE LA OPOSICION, no hay forma que el FSLN, partido del cual es dueño Ortega y Murillo, no vayan a ganar las elecciones. Todos los días no pierden la oportunidad de repetirlo y repetirlo, y para ello tienen a sus diputados, a sus propios sacerdotes, a los ex contras, a los seudo periodistas, y el aparato estatal con dinero del presupuesto nacional para pagar grandes carteles y pautas publicitarias. La mesa está servida para que no se cuestione la legitimidad de las ELECCIONES.

    Así pues, en Noviembre, se va a presentar algo, que parecerán ELECCIONES, que se denominarán ELECCIONES, que tendrán tintes de ELECCIONES, pero que difícilmente sean ELECCIONES, sino IMPOSICIONES.  El Rey y su consorte, permanecerán a la fuerza en el poder y el resto solo observaran, aplaudirán, callaran en público, aunque expresen en privado su disconformidad. Y dirán esta tragicomedia no fue mas QUE LAS ELECCIONES QUE NO FUERON.

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